"La lectura es como el
alimento; el provecho no está en proporción de lo que se come, sino de los que
se digiere". (Jaime Luciano Balmes 1810-1848).
Pintor manierista italiano,
cuyas grotescas composiciones alegóricas (grutescos) parecen anunciar el arte
surrealista del siglo XX. Comenzó realizando diseños para ser reproducidos en
tapices y vidrieras y utilizados en la catedral de Milán. En 1562 se trasladó a
vivir a Praga y después a Viena, donde trabajó como pintor en la corte de los
Habsburgo. Arcimboldo inventó un estilo de retrato en el que los rostros
estaban compuestos por agrupaciones de animales, flores, frutas y toda clase de
objetos. Algunos son retratos satíricos de personajes de la corte y otros son
retratos alegóricos, destacando La primavera (1563) y El verano (1573) . Sus
obras fueron consideradas piezas curiosas populares y no adquirieron su justo
valor artístico hasta que los surrealistas redescubrieron el juego visual. Sus
obras fueron también fuente de inspiración de Salvador Dalí.
Giuseppe Arcimboldo
Su obra convencional,
consistente en pinturas tradicionales del género religioso, ha caído en el
olvido. No ocurre lo mismo con sus «caprichos» alegoricos, cuadros en los que
las naturalezas muertas, los conjuntos de flores, frutas, mariscos o peces,
crean figuras simbólicas. En efecto, estos retratos pre-surrealistas de cabezas
humanas hechas de verduras, frutas y raíces, fueron muy admirados por sus
contemporáneos y aún hoy suscitan fascinación. Los críticos de arte están
debatiendo actualmente si estas pinturas eran caprichosas o el producto de una
mente trastornada.
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