La Cabane à Sucre, para los angloparlantes Sugar Shack o Sugar House, es una cabaña donde se recoge la sabia de los arces y se hierve hasta conseguir el estupendísimo jarabe de arce (como os podéis imaginar, lo normal es que esté rodeada de arces para facilitar el proceso). Estas cabañas solían pertenecer a los granjeros, y con el paso del tiempo se convirtieron además en un sitio donde reunirse la familia al calorcito y ponerse hasta las cejas comida para el invierno de Quebec: sopa de guisantes, judías con jarabe de arce, “orejas de cristo” (grasa frita, básicamente), cerdo asado con jarabe de arce, pastel de carne… todo bien rústico y con el jarabe de arce como ingrediente estrella (porque, recordemos, que la cabaña es donde lo hacen). Con el paso del tiempo algunas de estas cabañas se han comercializado y convertido en pequeños restaurantes más o menos humildes, donde la gente va a comer bien y a disfrutar del ambiente. Y luego está la Cabane à Sucre de Martin Picard: Au Pied de Cochon.
Para los que no le conozcáis, Martin Picard es uno de los chefs canadienses más reputados, conocido por enfatizar el valor de la comida tradicional de Quebec y versionar los platos rústicos. Picard tiene su propio restaurante en Montreal, que también se llama Au Pied de cochon, donde el plato insignia es el foie gras.

