LA ROSA DEL AZAFRAN

"La rosa del azafrán vestida está de morado y tiene el tallo pajiza y el corazón encarnado." (La rosa del azafrán-zarzuela)


La Rosa del Azafrán es, quizás, una de las mejores zarzuelas escritas por el Maestro Guerrero. Si bien pudiéramos señalar la utilización repetida y excesiva de algunos temas musicales, no es menos cierto que los mismos tienen una belleza melódica tal que nos embriagan con su exquisitez. Ambientada en la región de La Mancha, en Castilla la Vieja, la obra adolece de un excesivo regionalismo.

El argumento gira entorno a Sagrario, muchacha rica, que ha puesto sus ojos en uno de sus sirvientes. Juan Pedro, apuesto y discreto mozo de labranza, de humilde condición social, quien lleva además sobre sí la huella de ser de padres desconocidos. Ello constituye una barrera infranqueable para los dos: la diferencia de clase social, tradición de siglos y fielmente seguida en la región. Sagrario se entera de que Juan Pedro galantea a Catalina, una de las criadas de la casa. Como no está bien visto en el pueblo que los novios vivan bajo el mismo techo, inducida por los celos, ella aprovecha esta situación como excusa para echar de la casa a Juan Pedro. Al despedirse éste, Sagrario no puede reprimir sus sentimientos y sus palabras traducen lo que su corazón siente. Sin embargo, Juan Pedro abandona la casa, convencidos ambos de que ese amor es imposible.La astucia de Custodia, una matrona entrada en años, encuentra la manera de demostrar con documentos falsos, que Juan Pedro es el desaparecido hijo de Don Generoso, un pobre viejo loco que debe su locura a la desaparición y muerte de su único hijo y que gracias a ver realizada su máxima ilusión de recuperar a éste, recobra su perdida razón. La nueva situación social de Juan Pedro abre las puertas a su amor con Sagrario, pero éste sabiendo que todo ha sido un arreglo de Custodia, cuenta la verdad a Sagrario quien le jura guardar eterno secreto acerca de su nacimiento y el amor triunfa sobre los prejuicios sociales. Aparejado a todo esto, los personajes de Moniquito, Carracuca y Catalina, aportan situaciones verdaderamente simpáticas que lograr un equilibrio adecuado en el desarrollo de la obra.

La verdadera alusion de la obra es que el amor es tan frágil como esta flor peregrina otoñal, "que brota al salir el sol y muere al caer la tarde".

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