ESTAR EN LA HIGUERA

"Y el objeto de los desvelos, a mí revelado por los dioses,de la Diosa Madre, el higo paso,invento de la higuera de Frigia”(Alexis, El Olintio, II).

Su nombre científico es Ficus Carica, esta denominación procede del latín, Ficus, significa higuera; y Caria hace referencia a la región de Asia Menor de donde procede. Aunque es originaria del Suroeste Asiático, la encontramos asilvestrada en el sur de Europa, sobre todo, en lugares rocosos y cálidos de la zona mediterránea. La higuera es una de las especies más típicas del Mediterráneo los pueblos que se han beneficiado de ella, la veneran gracias a sus exquisitos frutos y sus cualidades curativas. Éstas y otras propiedades la han convertido en uno de los árboles más útiles y atractivos. Este conocimiento desde la antigüedad ha facilitado la aparición de innumerables leyendas y mitos a lo largo de la historia.

En el Antiguo Testamento es nombrada como uno de los signos de la abundancia en la Tierra Prometida. Cuando Adán y Eva fueron expulsados del paraíso, cubrieron su desnudez con las hojas de una higuera. Hace 4.500 años ya eran conocidas en Egipto, como así lo demuestran las pinturas egipcias halladas en algunos monumentos funerarios. Nut Diosa del cielo y creadora del universo. Se la representaba como a una mujer desnuda con su cuerpo arqueado formando la bóveda celeste, llena de estrellas. Protegía a los muertos. Tenía la capacidad de darles alimento y también tenía la capacidad de hacerlos reencarnar o renacer. Vivía en una higuera, y sus ramas eran el refugio de las almas cansadas. Dice la leyenda que bajo esa higuera se sentó la virgen María en su viaje a Egipto. Cleopatra, como todos sabemos, murió a los 39 años envenenada por una serpiente áspid que le hicieron llegar dentro de una cesta de higos, burlando de esta forma la férrea vigilancia que le había puesto Octavio para que no se suicidara. La madera de la higuera africana o sicomoro la utilizaron para la fabricación de sarcófagos.



Suicidio de Socrates, victima de la delación de los sofocantes.

En la Grecia clásica existía un grupo místico, los sicofantes, de sykon, higo, y phaíneim, revelar, los reveladores del higo. Estos dirigían los cultos agrarios de la fecundidad de la tierra, pues estudiando al higo y su formación conocía la regulación de los ciclos naturales. El poder de los higos no era sólo simbólico sino que adquirió peso político, estratégico y económico, llegando incluso a prohibirse la exportación de higos fuera de Ática. En ese período el calificativo de sicofante recayó sobre quienes denunciaban a los contrabandistas de higos. Posteriormente se llamaban sicofantes a los que actuaban como acusadores profesionales en el sistema judicial griego, fueron muy impopulares. Los hubo especializados en temas concretos, como la política. Se tuvieron que instaurar rígidas sanciones a los sicofantes que actuaban abusando de su capacidad de incriminación. En nuestro idioma aún se emplea el término de sicofante con el significadode calumniador e impostor. Esta fruta también fue el deleite predilecto de Platón, de hecho se le conoce como la fruta de los filosofos.

Los romanos, por su parte, la empleaban en ceremonias religiosas dirigidas al dios Baco. En las festividades del año nuevo latino, los habitantes de Roma intercambiaban higos como regalo. Este fruto llegó a tener tanta importancia para el Imperio que fue una de las causas de la Tercera Guerra Púnica al mostrar Catón en el Senado Romano unos hermosos higos recolectados en Cartago provocando a ocupar el vergel que disfrutaban sus enemigos. Rómulo y Remo, dice la leyenda que nacieron de una higuera y que fueron amamantados a su sombra por una loba.

Bodegón. (Luis Egidio Melendez).

Su difusión por toda la cuenca Mediterránea fue imparable y los árabes la creían como un símbolo de fecundidad, ofreciendo higos a la tierra antes de iniciar las labores del campo, considerando la savia blanca y lechosa que mana de sus pedúnculos parecida al esperma del hombre, por lo qué la consideraban portadora de la energía universal. Tanto arraigo tiene el parecido con los testículos del hombre que para referirse al higo, y para que no resulte mal sonante, se sustituye su nombre por el de la estación anual en la que madura. Durante siglos, esta fruta ha sido considerada erótica, ambigua y simbólica. Ambigua porque, mientras, para los árabes, es similar al órgano sexual masculino, para la cultura judeocristiana tiene semejanza con el órgano femenino. Al cortar los higos de la rama del árbol, estos desprenden un líquido blanquecino. Antiguamente, esa savia que se desprende del fruto se asociaba con el semen. Además era utilizada como ungüento contra esterilidad y para favorecer la lactancia.

En el ámbito rural los higos tienen mucha importancia pues las higueras pueden crecer hasta en el sitio más inverosímil y son muy fructíferas. Alcanzada la época de la cosecha se produce tal cantidad de frutos que se precisan secar para poderlos consumir durante todo el año. Una higuera adulta presenta una apariencia circular. Las hojas de la parte externa están muy verdes mientras que las de las zonas interiores presentan un aspecto más apagado al recibir menos sol. Es una experiencia curiosa penetrar en el interior de una gran higuera, es un mundo aparte, separado, desconectado de la realidad. "Estar en la higuera" significa precisamente vivir aislado de la realidad que nos rodea. Junto con el olivo y la vid simbolizan paz, abundancia y bienestar.

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