Pan, vino y carne, crían buena sangre. (Refranero).
René Magritte es el creador de algunas de las imágenes más conocidas del siglo XX y el responsable de que el concepto de “manzana” esté tan vinculado a los ordenadores (es por su manzana verde que Paul McCartney nombró Apple Corps a su compañía, nombre que inspiró a Steve Jobs para crear Apple Computer). El pintor belga trató temas como la metamorfosis y la diferencia entre realidad y obra, incidiendo en las incongruencias creadas por el imaginario colectivo. El interesante autorretrato El mago, que recuerda al también surrealista Max Ernst, muestra al artista con alimentos tan comunes como el pan, el vino y la carne, y tiene la particularidad de ser a la vez estático y dinámico, ya que los brazos generan sensación de movimiento. Un conflicto que gustaba al belga, que defendía que todo lo que vemos oculta siempre otra cosa.
Es posible que Magritte
con este ilusionismo quiera plasmar los superpoderes del surrealismo. Con la
elección de estos tres alimentos, que se han considerado como básicos dentro de
la alimentación y que, por tanto, son necesarios para mantenerse en buen estado
de salud. Se erige en “El mago”, donde se le ve comiendo a cuatro manos. Una le
sirve para poner el vino en el vaso, otra la utiliza para ponerse el pan en la
boca y con las otras dos corta la carne. Se trata de servirse de sus
“superpoderes para alimentarse”.
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